Bancos con vistas al Cantábrico

Hará cosa de un mes, día arriba día abajo, llegó a mis manos un artículo donde se hablaba de los cinco mejores bancos con vistas al Cantábrico. Y, lógicamente, forofa de los bancos con vistas como soy, se imponía una salida para conocerlos. Así que un domingo cualquiera decidimos que era un buen día para acercarnos a experimentarlos in situ. Y, aunque la idea era visitar los cinco del artículo, finalmente alguno quedó pendiente, pero a cambio descubrimos nuevos bancos con vistas al Cantábrico tan espectaculares como los que apuntaba el artículo.

El Mirador de Santa Lucia

Y empezamos la ruta por el más alejado. Google nos dice que es el Mirador de la Corneja, situado en la costa de Ruiloba. Que dicho así no lo acabamos de situar. Pero si decimos que está pegadito a Comillas…eso ya es otra cosa!!. Quién no ha oído hablar del Capricho de Gaudí o de la Universidad Pontificia. Y ya que está tan cerca de Comillas… porqué no acercarnos y dar una vuelta por el pueblo y aprovechar a sentarnos en una de las terrazas que hay y tomarnos algo?.

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Llegamos a Comillas justo a la hora del aperitivo. O del cafecito. Aparcamos cerca de la iglesia de San Cristobal. No pudimos entrar a verla. Hora de misa. Nos conformamos con ver las casonas de piedra que rodean la plaza, el Ayuntamiento Antiguo con su campana, restos de la antigua iglesia sobre la que se construyó …y de ahí a buscar una cafetería con terraza donde sentarnos a tomar algo. Misión imposible!. Todas llenas!. No queda otra que entrar en una de ellas y tomárnoslo en las mesas de dentro. Con lo a gusto que se tiene que estar al sol!!.

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Iglesia de San Cristobal

Ahora sí!. Con es estómago reconfortado podemos darnos una vuelta por Comillas. No tenemos rumbo fijo. Callejeamos. No es la primera vez que venimos a Comillas. Pero si es la primera que nos dedicamos a andar por su calles sin rumbo fijo. Y hay que ver la de cosas que se descubren!.

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Y así llegamos hasta el Mirador de Santa Lucia. Situado en la parte alta de Comillas, en él está la ermita de Santa Lucia. Sencilla. Dentro está la imagen de Santa Lucía. La puerta está cerrada. Tampoco podemos visitarla.

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Ermita de Santa Lucia

En un lateral de la ermita está el banco. Nos sentamos. Las vistas sobre la playa de Comillas y el puerto bien merecen unos minutos. Y lo bien y tranquilo que se está!. Si el viento pararía un rato…Aún así la vista del mar es relajante. Qué color!. (que no calor 😉).

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Mirador de Santa Lucia

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En un panel informativo leemos que desde ahí, desde unas atalayas que allí había,  los marineros de Comillas atisbaban a las ballenas y daban el aviso para ir a cazarlas. Hoy, las atalayas han desaparecido y en su lugar hay un par de pequeños faros. Y de las ballenas poco o nada se sabe ya. Estas han sido sustituidas por bañistas y surfistas.

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De regreso al coche, muy cerca del Mirador, nos tropezamos con la Puerta del Moro. O la Puerta de los Pájaros como se la conoce popularmente. Una puerta ideada por Gaudí, allá por el 1900, cuando paseaba por la playa e imaginada con tres entradas. La más grande para los carruajes, otra algo más estrecha para las personas y una circular para los pájaros.

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Puerta de los Pájaros

Mirador de la Corneja.

Nos despedimos de Comillas. Le decimos a nuestra GPSa que nos lleve hasta el Mirador de la Corneja. Situado en la costa de Ruiloba. No hay mucha distancia desde Comillas. Apenas 3 km. La GPSa nos deja en un parking al lado de un área con mesas desde las que ya se ve el Cantábrico. Aseguran que hay un banco desde donde las vistas son espectaculares. Nosotros, de momento, vamos a buscar un sitio donde no nos lleve el viento y podamos comernos los bocadillos tranquilamente. Dejaremos lo bueno para el final.

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Justo en frente de donde hemos aparcado, en un pequeño alto, hay una ermita. Subimos. Igual la ermita tiene un pórtico donde resguardarnos del huracán que sopla. Pues no. Sin embargo, descubrimos un pequeño restaurante a su vera. Ya sabemos dónde vamos a tomarnos el café.

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Iglesia de Ntra. Sra. de Los Remedios

Terminamos comiendo los bocadillos sentados en el suelo, al abrigo de los árboles y con vistas al mar. Qué más se puede pedir!. Solo una cosa. Que el viento nos de una pequeña tregua…

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Dada buena cuenta de los bocatas es hora de acercarnos hasta el mirador y comprobar si es cierto que las vistas son espectaculares. Desde donde hemos aparcado hay un pequeño tramo hasta los acantilados y hasta el banco. Cruzamos una pequeña campa con mesas y bancos donde sentarte a comer. Alrededor, más campas y caminos por donde pasear. Y llegamos al borde del acantilado.

Qué vistas!. Qué paisaje!. Razón tenía el artículo. Las vistas son espectaculares!. Y allí está el banco. Han utilizado el tronco de un árbol para convertirlo en un banco.

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Mirador de la Corneja

Aprovechamos que no hay nadie para sentarnos en él y disfrutar del silencio y de las vistas. A la derecha hay una pequeña ensenada y a la izquierda unos acantilados. Delante, el Cántabrico. Y en los alrededores, nadie!!. Todo para nosotros!.

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Nos habríamos pasado la tarde allí sentados. Dicen que los atardeceres son espectaculares. Pero hay otros miradores con bancos que visitar. Antes, un cafecito en el restaurante que está al lado de la ermita. Subimos de nuevo hasta el restaurante. El lugar tiene su encanto. La ermita… Una campa verde bien cuidada…. Mesas blancas decoradas con flores….Tranquilidad. Vistas al Cantábrico. Idílico!!. Y el viento que no da tregua…

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El restaurante ocupa una pequeña casita decorada con mucho encanto. Es el restaurante Los Remedios.  A estas horas la gente está ya por los postres, que pasan a toda velocidad por delante de nuestras narices. Nosotros, formales, pedimos un par de cortaditos cortos de café y nos sentamos en el pórtico de la casa. Fuera, en las mesas, imposible estar. El dios Eolo campa a sus anchas.  Pero en los días de verano…tiene que ser un auténtico placer sentarse en una de esas mesas.

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Mirador de los Acantilados del Bolao

Entre Comillas y Santillana del Mar, en Toñanes, está el banco más solitario de todos ellos. Lo descubrimos hace ya un tiempo. Entonces, nuestro fin era ver los acantilados del Bolao. Dimos mil vueltas para conseguir llegar hasta ellos. Pero al final, después de cruzar una campa, sin quitarle ojo a unas cuantas vacas que pastaban ajenas a nosotros, pudimos asomarnos y verlos.

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Acantilados del Bolao

Y la sorpresa fue el banco. Allí, solitario, te invita a sentarse a contemplar los impresionantes acantilados. Y las ruinas de un antiguo molino. Y la cascada escalonada del Bolao. Y si vas en invierno, puedes quedar extasiado con la fuerza de las olas. Y a ver quién ve la cara de un indio americano dibujada en las rocas del acantilado. Yo, por más que he mirado, no la encuentro.

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Molino y Cascada

Mirador sobre el Abra del Pas

El siguiente mirador lo encontramos de casualidad. A la GPSa le habíamos dicho que nos llevara al Mirador del Abra y ella decidió, por su cuenta y riesgo como siempre, que teníamos que ver éste. Y acertó!.

El Mirador sobre el Abra del Pas se encuentra en la Costa Quebrada, entre las localidades de Liencres y Boo. Situado a orilla de la carretera es de reciente construcción. Hay un pequeño aparcamiento para dejar el coche. Aparcamos y salimos a verlo.

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Mirador del Abra del Pas

Aquí, el banco no es tan original como en el Mirador de la Corneja. Pero la vista es igual de increíble. Aunque diferente, eso sí. Nos asomamos. Delante, un paisaje formado por arenales, meandros, pinos, mar azul y color verde. Estamos ante la desembocadura del rio Pas y ante las dunas y el pinar del Parque Natural de la Dunas de Liencres (Otro sitio que bien merece la pena acercarse a conocer y de paso visitar la Costa Quebrada).

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Mirador de los Tranquilos

De nuevo en el coche ponemos rumbo al siguiente mirador con banco. Apenas media hora y llegamos. Está situado en Loredo (no dejéis de acercaros hasta el Santuario de Nuestra Sra. de las Latas), al final de la playa de Los Tranquilos. Estamos en Ribamontán al Mar. Zona de surferos. De echo, desde el mirador se puede ver la isla de Santa Marina, dicen que la más grande de Cantabria y que tiene una magnífica ola que rompe a su vera y que es codiciada por todo surfista que se precie. Aunque hay que tener cuidado con ella porque aseguran que el fondo es rocoso.

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Isla de Santa Marina

Pero a nosotros lo que nos interesa son los bancos y sus vistas. Esta vez no tenemos tanta suerte. Los bancos, que son dos y están bien orientados, están ocupados. Y no parece que sus inquilinos tengan muchas intenciones de levantarse de ellos. No me extraña. La relajación de la vista tiene que ser absoluta. Nos conformamos con contemplar el paisaje de pies.

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Vista desde el Mirador de Los Tranquilos

Desde uno de los bancos descubrimos al fondo  Santander y a su bahía. Y el Abra del Sardinero. Y contemplamos la isla de Santa Marina.

Si nos colocamos en el otro banco, las vistas son sobre la playa de Loredo (ya hay gente tomando el sol y bañándose) y la playa de Somo. Y de sus pinares que llegan hasta la arena.  Dicen que en verano, en la playa de Loredo, se celebra en ella un derby un tanto especial y espectacular. Una carrera de caballos al estilo de San Lucas de Barrameda!!. Declarada fiesta de interés turístico, este año se celebrará el 4 de agosto. Habrá que apuntarla en el calendario.

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Playas de Loredos y Somo

En vista de que nadie parece tener intención de levantarse de los bancos (no es de extrañar) volvemos al coche. Damos por finalizada la visita a los miradores. Estamos cerca de Langre y su playa. Ponemos rumbo a ella. De camino nos tropezamos con H.A.N.D. Surf Hostel. Un albergue escuela de surf, (no podía ser de otro modo, estamos en zona de surf) situado en un entorno rural donde se respira tranquilidad. Hacemos un alto para, rodeados de estética surfera, tomarnos un par de cafés con hielo. Se está en la gloria. Y el viento hace tiempo que dejó de soplar!!.

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De aquí nos vamos hasta la playa de Langre. Ultimo destino ya. En apenas cinco minutos llegamos hasta la playa. O mejor dicho, al borde del acantilado. Porque la playa está 25 metros más abajo. Hay quien asegura que se trata de la playa más espectacular y bella de toda Cantabria.

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Playa de Langre

Regresamos a casa. En el tintero se nos quedan un banco situado en la Península de la Magdalena y otro que hay en Laredo después de cruzar el túnel de la Atalaya (tiene una pinta estupenda). Probablemente, a no tardar, nos sentaremos en ellos para escuchar el mar.

Conocíais estos bancos con vistas al Cantábrico?. Conocéis algún banco con vistas como las que tienen los que hemos visitado?. Yo me apunto a visitarlos!!.

Mariarka

Mi profesión. Profesora vocacional. Mi trabajo (cuando lo tengo). Formadora de cursos de informática. Y en los ratos libres, devoradora de libros, fotógrafa de recuerdos y vistas, organizadora de eventos familiares, incondicional de las reuniones con amigos y aficionada a descubrir nuevos rincones y lugares, cercanos y lejanos.