Amsterdam. (I parte)

Cinco meses más tarde de haber comenzado los preparativos del viaje, aterrizamos en Amsterdam, en Schipol. El vuelo ha sido muy tranquilo. Salimos con puntualidad británica de Loiu, a las 18.50 horas y llegamos antes de lo previsto. Y yo que había leido por los foros que con Vueling siempre había retrasos!!.

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Estación Central Amsterdam.

Ahora toca buscar la estación de tren que nos lleve a la Estación Central (Amsterdam). No hay pérdida. Todo “pa lante”. Metros y metros de cinta transportadora hasta que por fín salimos al hall de llegadas!!. La leche, cuánta gente!!. Buscamos los cartelitos que marcan la estación de tren. Localizados. Vamos para allí. Hay que localizar unas máquinas amarillas para sacar los tickets. Esas se ven fácil. No admiten billetes, solo monedas o tarjeta de crédito, pero si usas la tarjeta te van a cobrar más. Veinte monedas de euro y 40 céntimos más tarde ya estamos listos!. (Cada billete de tren nos ha costado 5,10 €)….Pero antes ayudamos a unas chicas, que iban a nuestro lado en el avión, a sacar los tickets a la Estación Central… Y ahora viene el lio!!. Por dónde coño bajamos!!??. Allí hay un montón de accesos a la estación!. Lo mejor, preguntar en los puestos de información que hay. Nos indican el acceso por el que debemos bajar y cuál es el tren que tenemos que tomar. Esto ya está chupado!. Bajamos por donde nos han indicado y… se nos cae el alma a los pies!. Qué cantidad de gente!. Cuál es nuestro anden?. El de la derecha, el de la izquierda… Viene un tren. Nos montamos?. Noooo. Esperar!, que por el otro anden viene otro!. Ay qué lio. Vamos a tranquilizarnos. En mitad de los dos andenes hay unos paneles con los horarios, trenes y destinos. Lo miramos. Lo remiramos. Lo estudiamos. Lo volvemos a mirar. Aquí no hay ni dios que entienda nada!. Discutimos. Que es éste, mirar las paradas. Que no. Que es éste que también pone Centraal Station… Relajémonos!. El andén tiene que ser el de la derecha. Vale. Y qué tren cogemos, si están venga llegar trenes??. Y en éstas estábamos cuando un amable foráneo se nos acerca y nos saca de dudas. Por fín!. Dos parejas más, al oírnos hablar, se nos acercan para preguntarnos por el andén y por el tren que hay que coger para la Estación Central.

En tres paradas llegamos a la Estación Central. Bajamos al hall de llegadas. Aquello es un hervidero de gente con maletas que llega o se va. Atravesamos el hall y salimos a la plaza. Oficialmente estamos en Amsterdam!!.

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Centraal Station

Decidimos ir andando hasta nuestro hotel, “así vamos teniendo nuestro primer contacto con la ciudad”. Nuevo dilema. Vamos hacia la derecha o hacia la izquierda. Decidimos ir hacia la izquierda. Un cartel nos da la “bienvenida”. “En Noviembre, tres turistas muertos”. Pues no decían que Amsterdam es una ciudad muy segura?. Echamos a andar y … cuidado!. Uf, por los pelos!. Un tranvía nos pasa rozando las narices!. Cruzamos a todo correr… Quietos!, que viene otro por el otro lado… Ay dios, qué estrés!!. Nos vienen tranvías por todos los lados… y cuando ya no divisas ninguno y te dispones a cruzar, de la nada aparece una bicicleta a toda leche, sin frenos. Literal. Y dicen que sólo ha habido tres turistas muertos???. Pocos me van a parecer!!.

Localizamos la calle Damrak, que según el mapa es la que nos lleva hasta nuestro hotel. Pero antes de llegar al hotel una paradita para tomarnos un café y relajarnos un poco. Entramos en la primera cafetería que vemos en la calle Damrak. Es amplio. El chico que nos atiende habla un poco castellano. Pedimos unos capuchinos, tamaño balde, leche con cacao y un par de trozos de pastel. Cada capuchino 3,15 €. Visto el tamaño de los susodichos… tampoco es tan caro!.

Y ahora ya, para el hotel. Llegamos a la plaza Dam. De aquí al hotel no hay nada. En menos de cinco minutos estamos tocando el timbre para que nos abran. Son ya las once de la noche. Nos abren. Yo iba mentalizada de que las escaleras en muchos edificios de Amsterdam son estrechas y empinadas. Pero una cosa es mentalizarse y otra toparse de bruces con la realidad!. No es ninguna broma la advertencia que te hacen desde la propia página del hotel.

El Hotel Nadia no tiene ascensor y hay 37 escalones en la entrada del hotel que pueden no ser adecuados para personas ancianas o personas con problemas de corazón.”

Pues ala, a coger aire, que la recepción nos espera 37 escalones más arriba. Mentalmente le doy las gracias a  Vueling por no permite equipaje de cabina superior a los 10 Kg. Sin apenas resuello llegamos. Hemos hecho cumbre!. El recepcionista nos ofrece algo de beber. No es una gracia mía. Es cortesía del hotel. Hacemos el check in y nos dan las llaves de las habitaciones. Hay que seguir subiendo. La otra pareja tiene suerte y le toca la habitación 312. Nosotros un piso más arriba, la 404.

Estamos muertos. Organizamos un poco las cosas, una ducha y a dormir. Mañana nos espera un día movidito.

Mariarka

Mi profesión. Profesora vocacional. Mi trabajo (cuando lo tengo). Formadora de cursos de informática. Y en los ratos libres, devoradora de libros, fotógrafa de recuerdos y vistas, organizadora de eventos familiares, incondicional de las reuniones con amigos y aficionada a descubrir nuevos rincones y lugares, cercanos y lejanos.